martes, octubre 15, 2024
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Semana Santa de Carcabuey: «Miércoles Santo» (Procesión del Silencio)

«De nuevo otro Crucificado de Alonso de Mena, recorrerá nuestras calles en la Procesión del Silencio»

Es en la madrugada del Miércoles al Jueves Santo cuando tiene lugar la Procesión del Silencio, como se conoce en Carcabuey a la Hermandad del Santísimo Cristo de Ánimas.

Su protagonista un Cristo crucificado en el momento de la espiración, tallado por Alonso de Mena y que está fechado anteriormente al 1627, su valor incalculable la podría catalogar como una de las imágenes más valiosas de la Semana Santa de Carcabuey.

Será a principios de los años 50 del siglo XX, cuando nace la Hermandad del Santísimo Cristo de Ánimas, año en el que se gestó la idea de la Conferencia de San Vicente de Paul, una organización católica laica formada por voluntarios, para ayudar a los pobres.

Dicha organización tomó forma en la rebotica de la farmacia de Don Acisclo Pérez Palomeque, junto con los demás fundadores: Juan Arrebola, el que a la postre sería el primer Hermano Mayor, Francisco Beltrán médico del pueblo, Don José Conde el maestro, y el electricista Eleuterio Rueda.

Esta primera etapa será algo precaria con unas andas confeccionadas con restos de puertas antiguas, y realizadas por Francisco Martos Reyes, y el tallado de las esquinas correspondrá a un tal Carrillo vecino de Priego. Una cuadrilla de costaleros y unos cuantos penitentes completarían el cortejo que realizaba su Vía Crucis en la madrugada del Jueves Santo al Viernes hasta hace pocos años, cuando en la revolución que sufre nuestra Semana Santa, pasará a realizar la estación de penitencia que conocemos hoy en día.

En el año 1964 coge el relevo como Hermano Mayor, Miguel Castro Ballesteros que comienza una renovación, con la principal idea de recuperar los penitentes perdidos durante los años sesenta y el declive que deja a la hermandad sumida en una profunda desorganización y sin apenas acompañamiento.

Se requieren las túnicas de los antiguos cofrades y Antonio Castro Sánchez, corta las nuevas túnicas que posteriormente confeccionarían su madre y la madre de Miguel, con el característico tejido recio que los abriga en las madrugadas frías en las que procesiona la hermandad.

Habría en el año 1979 un intento por cambiar la procesión, el proyecto consistía en subir al calvario la madrugada del jueves al viernes, dejar al Cristo toda la noche en la ermita, y bajar el Viernes Santo acompañando al Nazareno. La idea no cuaja debido a las condiciones poco propicias para pasar la noche, y la no disponibilidad de costaleros suficientes para todas las hermandades, ya que más de uno participaba de varias de ellas.

En 1990 Antonio Castro pasa a ser Hermano Mayor tras la muerte de Miguel, y es cuando ayudado por su familia, consigue incrementar el número de efectivos, e incluso formar el grupo de tambores que hoy conocemos. Aumenta también el número de costaleros e incluso se le añade un nuevo varal al paso, concretamente el del centro.

En su origen la procesión salía desde la parroquia, aunque sería en el año en que se losó la misma cuando la hermandad elige la Iglesia de San Marcos para su salida. Recientemente en el año 2012 la hermandad ha incorporado la imagen de la Virgen de la Soledad con la ayuda de Paco Montes como benefactor y la de Antonio Castro que realizó las andas que posteriormente portarían sus costaleras, ya que la cuadrilla de la Virgen son todo mujeres.

Merece la pena ver la salida del Cristo de Ánimas, la Procesión del Silencio, un templo que se va llenando de penitentes, ya que solo los hermanos pueden acceder al templo, y llegado el momento el pesado portalón de la iglesia se abre para dejar paso al sonido ronco de tambor y la recoleta plaza de San Marcos se queda a oscuras y en silencio para recibir a su Cristo, al que hay costumbre de recibir con una saeta desde las casas aledañas.

Una procesión digna de ver, una forma diferente de vivir la Semana Santa de Carcabuey, un Miércoles Santo de luto y silencio solo roto por el sonido ronco del tambor y una imagen que sobrecoge por la solemnidad con la que desfila todo la hermandad, una hermandad que siempre es fiel a su cita ya que nunca ha dejado de salir, aunque no pudiese completar su recorrido, nunca en la historia de nuestra Semana Santa se ha quedado en su templo.

Algo digno de ver y vivir en nuestra Semana Grande, nuestra Procesión del Silencio, todo solemnidad y recogimiento que te mostrará una manera diferente de disfrutar de la Semana Santa de Carcabuey

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