Un mensaje singular
Nuestro buzón de correos se marchó sin dejar carta de despedida. Ahora, la cabina está aún más triste pero no pierde la ilusión de volverlo a ver.
HAY UNA CARTA PARA TÍ
Imagínense al buzón de Correos de la planchilla escuchando a Isabel Gemio decir la icónica y televisiva frase: Hay una carta para ti. El buzón se emocionaría, pues ya no es tan habitual recibirlas y acogerlas en su interior hasta que partan hacia a su destino. Pero esta ha sido otra historia, el ayuntamiento no ha recibido comunicación alguna de que se iba a desmontar dicho buzón ubicado sobre suelo público municipal. Retirada, que ha dejado una huella que ya es arqueología.
Así que, tanto el ayuntamiento como los vecinos se quedaron tristemente sorprendidos ante su desmantelamiento pues existía un acuerdo verbal de que el buzón se quedaría y lo mantendría el ayuntamiento. Y los compromisos están para cumplirlos, o eso parecía.
SU AMIGA LA CABINA
Decía una canción que el video mataría a la estrella de la radio (Video killed the radio star) pero no fue así. Hoy en día, no conozco un tema, que seguro la hay, que diga que el móvil mataría a las cartas y a las llamadas de teléfono desde cabina. Y eso está ocurriendo, el buzón ha sido el primero en caer pese a que a las cartas le han ido sustituyendo los paquetes.
Por el momento la voluminosa cabina, su amiga, esposa y confidente, ya acumula varias prorrogas que la han salvado y parece ser que serán cedidas a los ayuntamientos. Pero no nos fiemos y consigamos un documento de donación. De lo contrario, cualquier sábado, a cualquier hora subirán la cabina a un camión y se irá carretera y manta. Y será improbable, casi imposible que coja a alguien dentro llamando como le ocurrió al pobre de José Luis López Vázquez en la película La Cabina.
CARCABUEY, UN PUEBLO SINGULAR
Carcabuey, Corazón de la Subbética es un pueblo tradicional a la vez que moderno. Pero considero que su mayor valor, el que le hace ser más atractivo, es su carácter singular. ¿Y qué más singular que su Pascua de los Moraos? O su singular Calvario, o su propio nombre y su singular… y su…
Y seguro que lo podemos hacer aún más singular para que pueda competir mejor, ya no solo con los otros pueblos de la Subbética sino, con los de Andalucía en general. ¿Y cómo? Pues creando recursos que no existan en otros destinos turísticos similares. Y es en este caso, el del buzón y la cabina, donde tenemos una oportunidad de oro para hacerlo. Convirtamos pues, la planchilla y sus ruinas contemporáneas, en un atractivo turístico singular.
PLAZUELA DE LA COMUNICACIÓN
¿Dónde vas? ¿A la Plaza Corta? Y no había que preguntar para qué, pues la mayoría de las veces ya se sabía. Se iba a la plaza, al ágora de los griegos, al foro de los romanos, a cumplir con la función propia del ser humano, la de comunicarse. ¿Y para qué? Para conocerse, para organizarse, para hacer negocios y política; Otium et Negotium.
Nuestra planchilla era muy chica como para convocar a la ciudadanía aunque para una conversación de un par de amigos si era suficiente pese a su condición escaparatística. Sin embargo, con el tiempo y las nuevas tecnologías, esta mini plaza se convirtió en gran plaza virtual. Primero en lugar de comunicación en diferido gracias al servicio de Correos y su buzón y después de comunicación en directo gracias a Telefónica y sus cabinas, en este caso con su modelo Garza. El caso es que nuestra humilde protagonista, se había transformado en toda una señora Plazuela de la Comunicación.
Mi idea inicial era trasladar la cabina a la Plaza Corta, donde ya existió una, y crear un proyecto turístico cultural. Pero quién soy yo para romper una pareja de tantos años. Así que cambio de planes y mi nueva ilusión es que vuelva el buzón, que vuelva el amigo de la cabina. Y con los dos diseñar la nueva Plazuela de la Comunicación. Un Museo al aire libre donde enseñar la historia y la importancia de la comunicación. Por lo que me comprometo a llenar la Plazuela de contenido y la cabina de objetos de mi colección. Y los compromisos están para cumplirlos.
CARTA A LOS REYES MAGOS
El ser humano “piensa luego se comunica” y lo hace en persona, o por carta, o teléfono (fijo o móvil). Y lo hace porque lo necesita, para no sentirse desnudo pues “El lenguaje es el vestido de los pensamientos.”
El refrán dice que “Las palabras se las lleva el viento” y Fran dice que “Carta en la mesa, está presa.” Entonces, aunque no es Navidad, escribamos una carta a los Reyes Magos. Si, a los del año que viene porque los de este año han estado descolocados. Y pidámosles que vuelva la ilusión de la comunicación pero que lo haga con un acuerdo por escrito.
Y que por tanto, cualquier sábado, a cualquier hora nos traigan de vuelta nuestro buzón de la planchilla. Que lo recoloquen en su hogar, junto a su novia la cabina que sin él se muere. Por favor Reyes Magos no nos dejéis sin él porque, aunque reciba pocas cartas, nosotros nos comprometimos a cuidarlo y lo estábamos cumpliendo.
¿Y por qué? Porque es parte esencial de nuestra memoria, de nuestro patrimonio. Y porque, a cambio de cartas, La plazuela de la comunicación tendrá viajeros que recibirán el mensaje de que Carcabuey es un pueblo singular.
POSTDATA
Y si imaginamos esta escena de la película Una chica fuera de serie:
“Vamos a enterrar las cartas aquí y exactamente en un año, regresaremos, las sacaremos, leeremos las cartas, y quizás, tengamos la respuesta. La pregunta es: ¿estaremos juntos? ”
Francisco José Montes Ramírez (Cartagena)